El legendario músico ganador del Emmy, Billy Branch, regresa a México para llenar de blues el Palacio de la Música en Mérida.
Platicar con Billy Branch es hacerlo con una parte esencial de la música estadounidense y recorrer la historia del blues de Chicago. Tres veces nominado al Grammy, ganador de un Emmy y miembro del Salón de la Fama del Blues desde 2020, Branch es una leyenda viva.
Gracias a la colaboración entre el Museo Nacional de Arte Mexicano de Chicago y el Centro Educativo Árcole de Mérida, Billy Branch y Sons of Blues regresan a tierra azteca para presentarse en uno de los grandes recintos del país.
Branch y su banda darán un concierto este sábado 30 de abril en el Palacio de la Música en Mérida, Yucatán, que fue galardonado en 2019 por la revista Obra como el mejor recinto arquitectónico del país, destinado a la conservación y difusión de la música mexicana.

Billy Branch, uno de los máximos exponentes del blues en el mundo, ha grabado con otras leyendas del género como Willie Dixon, Keb Mo, Johnny Winter, Lou Rawls, Koko Taylor, Eddy Clearwater, Honeyboy Edwards, Syl Johnson, Lurrie Bell, Ronnie Baker Brooks, y Taj Mahal.
En Esquire México platicamos con Billy acerca de este show que ofrecerá en la Ciudad Blanca y que promete ser un deleite para los amantes del blues… y para los que no, también.
¿Puedes hablarnos un poco de tu show en el Palacio de la Música en Mérida?
Estaremos presentando una mezcla de blues de Chicago tradicional y contemporáneo. Tengo una gran banda, en la que el guitarrista, bajista y baterista son muy jóvenes, comparados conmigo.
Mi pianista, Sumito Ariyoshi, ha estado conmigo desde hace 25 años, y es uno de los mejores exponentes del blues de Chicago. Así que le daremos a nuestra audiencia mucha de la energía de Chicago, habrá espacio para el baile y mucho más.
Esta no es tu primera vez en México…
No, he tocado muchas veces en la Ciudad de México, desde finales de los años 70, y en otros lugares del país. Hace unos años hice una residencia de dos semanas para Blues in Schools en Xalapa, Veracruz, con Ramón Gutiérrez.
¿Tienes preparado algo especial para tu concierto del 30 de abril?
En realidad vamos a presentar lo que sentimos que es el mejor ejemplo del Chicago blues. Probablemente interpretemos una o dos canciones de blues en español, que escribí hace algunos años.

¿Qué es lo que más te ha gustado de México de las veces anteriores que has estado aquí?
La gente es lo que más disfruto, porque es muy sincera. Incluso Marie, la esposa del legendario Willie Dixon, comentó en una de nuestras visitas que nunca había experimentado la calidez y el amor de una audiencia como la mexicana. Esa sinceridad siempre la he sentido cuando estoy allá. Para mí es como estar en casa lejos de casa.
Platícanos un poco de Blues in Schools, ¿de dónde surgió la idea?
Es un programa que comenzó en Chicago, a través del Consejo de Arte, y fue muy exitoso desde la primera vez, allá por 1978. Y lo he seguido haciendo desde entonces, por todo Estados Unidos y en otros países, como Suiza, México, Japón, Bélgica, Canadá…
Y es que el blues genera un sentimiento universal, es un modo de expresión que incluso los no estadounidenses son capaces de abrazar fácilmente.
¿Qué tan importante es que la gente aprenda música, especialmente las nuevas generaciones?
Creo que es importante para que la gente sepa de dónde proviene la música, sus orígenes, porque muchas veces crees que algo es nuevo, una canción en particular de un artista, y resulta que esa canción tiene medio siglo o más.
Lo mismo aplica en el blues, pues los más famosos artistas del rock comenzaron tocando blues, haciendo covers de temas tradicionales de blues. Es importante acudir siempre a la fuente original, pues eso amplia tu entendimiento de la música.

¿Qué respuesta has tenido de los niños a los que has dado clases en Blues in Schools?
Enorme, son muy entusiastas. Por ejemplo, cuando trabajé con Ramón Gutiérrez él estaba enseñando el Son Jarocho, y ese día lo dividimos en dos. Él una hora y yo otra, pero cuando lo hicimos, los niños sólo querían blues. Es una experiencia muy enriquecedora.
¿Qué dirías que tiene el blues que crea estas emociones?
Creo que es algo primitivo, pues cuando lo tocas te das cuenta de que su estructura no es muy complicada, no tienes que saber leer música para tocar blues. Aunque muchos músicos de blues sí lo hacen, normalmente se aprende de oído. Creo que su estructura de tres acordes hace que resuene algo muy básico en el espíritu humano.
Por ejemplo, toqué en China antes de 1990, con una banda de 16 músicos. Pero cuando tocamos el blues puro, la reacción de la audiencia fue palpable, lo amaron. Me parece que el blues le habla a la condición humana y no tienes que ser un intelectual para comprenderlo, como pasa con ciertos estilos de jazz o de música clásica.
¿Cómo definirías el blues?
Willie Dixon lo definió muy bien. Él decía que el blues son los hechos de la vida, y yo tengo otra definición, en la que el blues es el soundtrack de la existencia afroamericana en Estados Unidos. Básicamente es música de emociones, que retrata aquello con lo que batallamos en el día a día.
¿Hay alguna anécdota en particular que recuerdes de alguno de tus viajes por el mundo tocando blues?
Uf, hay cientos, pero hubo una en la Ciudad de México, en el Ruta 61. Después del concierto, una joven se acercó a mí y me dijo: «Gracias a ti y tu música, sé que Dios existe». Hay muchas otras, pero esa se me ha quedado muy grabada.
Finalmente, ¿qué le dirías a la gente que te va a ir a ver en Mérida?
Que estoy muy contento de regresar a México, que espero que todos pasen un gran momento y una gran experiencia. Es un placer volver a tocar para los mexicanos.
Billy Branch y Sons of Blues se presenta el sábado 30 de abril, a las 20:30 hrs. en el Palacio de la Música de Mérida, Yucatán.
Si quieres verlo, puedes conseguir los boletos aquí.
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